Cuando practicamos una postura de yoga hay varias instrucciones generales que tomamos en cuenta y nos llevan a una forma externa aproximada a la postura. Después, cada cuál se expresa, con sus particularidades, a través de ella.
Así una postura no se verá igual en una persona que en otra, ni siquiera en la misma persona en un momento u otro de su vida, incluso de un día para otro, así que no te compares. Mi recomendación es: hazlo lo mejor que puedas y no te tomes los resultados como algo personal. Realmente no es tan importante la forma externa de la postura (si es muy semejante a las fotos de los libros o si es muy diferente) como que permanezcas internamente quiet@ y observando durante y después de la postura.
Replantéate qué es «hazlo lo mejor que puedas», tal vez no signifique «fuérzate», sino «escúchate», tal vez no signifique «tu valía se mide en resultados externos», sino «busca tu salud y bienestar». Ten claro lo que buscas con tu práctica y dirige tus esfuerzos a ello. Si quieres salud mental, emocional y física, tal vez no sea lo más adecuado forzar una postura o tener una actitud competitiva; adopta una actitud sabia, si no tienes claro cómo adaptar una postura a tu cuerpo, pregunta al profesor/a. En la ilustración vemos algunos ejemplos.
Observa las sensaciones en tu cuerpo, el eco de la postura y si surgen algunos pensamientos y emociones. Por ejemplo, puede ser que una persona a la que una postura le sale muy “vistosa”, vea surgir cierta arrogancia. Y puede ser que una persona que juzga como mal hecha su postura, vea aparecer cierta frustración. Observar esto sin juzgarlo es parte de la práctica. Tan pronto como puedas, vuelve a una mente neutra.
Buscamos siempre la mejor alineación del cuerpo para una salud óptima. En Anusara Yoga hay un concepto que me gusta mucho, es el de patrón óptimo. Representa el modelo espacial ideal de un cuerpo en una postura y cambia debido a la predisposición genética, edad, salud…
Así, ver a muchas personas en “una misma” postura puede tener expresiones externas muy diversas, cada persona la suya. Se puede decir que no hay dos personas iguales, por lo que nunca habrá dos posturas iguales, ¡ni es el objetivo! Aplicaremos aquello que se nos dice en la Bhagavad Gita (un texto clásico hindú) de que: más vale seguir tu camino de modo imperfecto que imitar a la perfección el de otro.
Conoce tu cuerpo, adapta tu práctica a él y busca una sensación interna de plenitud en al postura. Busca el mejor alineamiento de tu cuerpo como cuando ajustas la antena de una radio: en unas posturas da una señal clara y en otras crea interferencias. El cuerpo tiene una inteligencia innata que busca armonía y salud: guíate por esta sensación intuitiva y no por las variables con las que tu mente mide el progreso.
Con los ojos del corazón no es más hermosa la danza de un joven bailarín profesional que la de una niña o un anciano si tod@s ell@s bailan con todo su ser.
¡Disfruta de TU práctica!
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