Recientemente publiqué en este blog una serie de entradas sobre anatomía sutil y cada uno de los 7 chakras más conocidos. Puedes leerlas aquí.
Tal vez habéis escuchado hablar de que hay más chakras, y es que estos 7 son los más conocidos. Hay muchos más, repartidos (a nivel sutil) por distintos lugares de nuestro cuerpo, descritos en otras series de sistemas «menores» o secundarios, que no entraré a desarrollar aquí pues tengo menos experiencia trabajando directamente con ellos, pero quería mencionarlo para quienes se animen con esta exploración.
También quiero comentar la existencia de otros chakras que se visualizan o sienten por encima y por debajo de nuestro cuerpo físico, pero alineados con su eje.

El chakra 0, o Estrella de la Tierra, se sitúa un par de palmos por debajo de nuestro cuerpo, y es como un ancla de nuestro sistema energético, de todos los otros chakras, en la tierra. Trabajar visualizándolo nos ayuda a sentirnos enraizados, despierta la sensación de estar profundamente conectados y de pertenecer y tener nuestro lugar aquí en la Tierra. Se le asigna el color bronce o cobre.
El chakra 8, o Estrella del Alma, sería algo similar pero por encima de nuestro cuerpo físico, representa nuestra conexión con la sabiduría superior que nos ayuda a encarnar con propósito. La autora americana Caroline Myss ha desarrollado un amplio trabajo sobre los chakras y en el octavo describe que, a través de los arquetipos que tomamos en nuestra forma de comportarnos, podemos descubrir más claramente un sentido de propósito de nuestro alma. Cada arquetipo tiene su lado luminoso y su lado oscuro, así que según ella enseña, no consiste en cambiar esa estructura arquetípica sino en transformar las cualidades densas en luminosas.
El autor Kyle Gray también habla de dos chakras aún por encima de este octavo, que llama La puerta a Gaia y la puerta Estelar. Podéis encontrar más referencias en su trabajo. La imagen que acabas de ver sobre ellos es de su PDF «Manual de los chakras».
Me gusta visualizar cada uno de ellos, tratar de sentir este área con curiosidad y esperar a recibir alguna sensación o intuición, incluso realizar una relajación tumbada en Savasana sintiendo su energía. Para ayudarme, a veces pongo sobre la parte correspondiente a cada uno unas gotas de aceite esencial y/o flores de Bach y un mineral del color asociado. Eso me aporta mayor sensibilidad sobre mi cuerpo físico, sensación de tenerlo más limpio y vibrante y saber que mi eje y mi cuerpo energético se expande más allá de los límites de la piel.

En el retiro de verano dedicaremos una sesión extensa de yoga y meditación a cada uno de ellos. Encontrarás más información en la sección Retiros de esta web.
Durante las siguientes semanas dedicaré las entradas del blog a explorar un poco más sobre cada uno de ellos.
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