Me apunté a hacer yoga originalmente para corregir la postura y, con Ana, no solo acerté de pleno, sino que descubrí un gusto por el yoga que iba más allá de la simple practicidad. Ana explica y muestra con mucho detalle y cariño; poniendo énfasis en pequeños detalles (mentales, posturales, de respiración) que no se explican en otro tipo de clases. He ido a otros sitios y nunca tan bien como con ella.